El Índice de Precios de Supermercados de la provincia de Santa Fe tuvo un 2,4% de aumento en todos los productos ofertados (en promedio) en octubre, observándose una desaceleración de la suba de precios en concordancia con el Índice de Precios al Consumidos (IPC) a nivel nacional.
Con esta cifra, el acumulado en el año del IPS llegó al 84,5%. Mientras que el aumento interanual para el mismo mes trepó al 262%. Productos de almacén como Huevos (+13%) y Condimentos (+10%) tuvieron variaciones fuertes en comparación al mes anterior.
Por el contrario, la Canasta Básica de Alimentos tuvo una aceleración de precios, observándose para este mes un 6,3% más alto que el mes anterior. Esto produjo que la CBA se valorice para una familia en aproximadamente $618.000, sólo para consumir alimentos y no caer debajo del nivel de indigencia. A su vez, un adulto necesitó $200.000 para cubrir sus necesidades alimentarias básicas.
Por su parte, la Canasta Básica Alimentaria para una familia aumentó $11.800 con respecto al mes anterior, en tanto que el acumulado anual entre enero y octubre llegó a 113,6%, mientras que al incremento interanual respecto al año anterior llegó al 256%.
Por este contexto, empezó a observarse un claro cambio en la modalidad de compras: los consumidores han dejado de concurrir a los supermercados mayoristas para volcarse a comercios minoristas de cercanía, con precios más accesibles.
Estas cifras reflejan las dificultades del mayor grueso de la población para acceder a los alimentos a raíz de la pérdida de poder adquisitivo, producto de una recesión económica que perforó los salarios y empeoró las condiciones de vida.
Los números no hacen más que reflejar una realidad: comer sigue siendo caro en Argentina, en un país caracterizado por la cantidad, calidad y diversidad en la producción de alimentos, lo cual vuelve insostenible el cuadro de situación. Esto viene aparejado con el incremento del costo de vida, con fuertes subas en alquileres, tarifas de servicios públicos, medicamentos, combustibles.
Si bien el Gobierno celebra la pronunciada baja de la inflación, esta vino aparejada de un sostenido retroceso del consumo interno. La gente come cada vez menos; el ejemplo se encuentra en como disminuyó hasta valores históricos la ingesta de carne vacuna, un sello distintivo argentino. Se multiplicaron las cifras de pobreza e indigencia y se cuentan con mayor frecuencia los casos de familias que no pueden completar las cuatro comidas diarias recomendables.
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Fuente: Conclusión