En tiempos modernos que empujan a resignificar y recuperar palabras profanadas, la palabra libertario es una de ellas. Por ello, esto sigue impulsando un profundo debate entre aquellos que no están dispuestos a entregar una historia de lucha y dignidad por la sincera libertad humana, pero siempre en un marco de igualdad de oportunidades.
Quienes se erigen como los salvadores denostando a la “casta”, pero citan de manera insistente a Domingo Felipe Cavallo y a otros paladines de la devastación de los 90, han instalado un discurso capcioso que hace agua cuando el entrevistador no está dispuesto a seguirle su juego. A las políticas violentas que viene impulsando el actual gobierno, se le suman de manera sistemática los discursos de odio que persiguen, directa o indirectamente, una reacción por parte de aquellos que son proclives a los mismos.
La Guardia Pretoriana de Javier Milei contiene en su génesis a decenas de jóvenes a los que le costaría muchísimo el cuerpo a cuerpo, ya que sus días transcurren en soledad frente a una pantalla. Pero claro, lejos está la misma de habilitarlos a convertirse en esa célebre fuerza militar de la historia antigua. Lumpenes al servicio del liberticidio, como los definiría Carlos Solero.
Si bien la declaración de las “Fuerzas del Cielo” impulsada por el denominado “Gordo Dan” puede invitar a realizar distintas lecturas, es menester compartir aquella que proviene del único lado libertario que concibe la historia, la de los anarquistas que dejaron su pellejo luchando por la libertad en el marco una innegociable equidad social. “Es pertinente y necesario reflexionar acerca de las consignas que fue llevando adelante el partido gobernante que se autodenomina Libertario, ya que, en realidad, de Libertario no tiene absolutamente nada. Es más bien un partido liberticida”, sentenció el profesor universitario (UNR) y militante anarquista Carlos Solero.
Es un conjunto de personas que reivindican la libertad de mercado, y la libertad de mercado como sabemos, es la apología del capitalismo en su expresión más cruel. “Se trata de la ley de la selva, y quien gana es el más fuerte. Lo que ocurre es que, en la selva, tal y como está planteada, no es otra que la ley de la selva de asfalto, y lo que va abundando cada vez más son las personas empobrecidas por la exposición, tal como planteaba el economista y geógrafo David Harvey. La Argentina ya está por alcanzar un 60% de pobreza, aumentando el número de personas en situación de calle, carentes de vivienda y de asistencia sanitaria. Según las cifras de organismos como UNICEF, más de un millón y medio de niñas y niños no pueden hacer las cuatro comidas diarias y esto se ve. Se niega medicación oncológica a personas con cáncer. Es decir que no es que hay menos Estado, hay más Estado pero para la represión”.
La represión a científicos, jubilados, docentes, trabajadores y a personas desempleadas que protestan por haber sido lanzadas al abismo, debe interpelar en profundidad la terminología utilizada por el actual gobierno. “Lo antes mencionado habla a las claras que no solo la libertad no avanza, sino que retrocede día a día. El otro día vimos un Estado lamentable, digamos, financiando de sotamanga, es decir, de la manera más vil, un acto de neto corte fascista con estética musoliniana, donde un grupo de energúmenos insultó a las madres de Plaza de Mayo y a las abuelas reivindicando el genocidio que se perpetró en la Argentina con desaparición forzada de miles de mujeres y de hombres. Reivindicaron la tortura y los secuestros, la apología a lo más atroz de nuestra historia fue sumamente explícito”.
Por ello, hay una pregunta que se impone por sobre las muchas otras ¿Dónde están los libertarios? “Son verdaderamente liberticidas, y no más que eso. La paradoja es concreta, ya que viene un presidente como Emmanuel Macron a rendirle homenaje a las monjas francesas que fueron detenidas y desaparecidas por los genocidas de la dictadura cívico-militar instalada en el país a partir de 1976. Pero tras cartón, el presidente recibe con honores a la primera ministra italiana, descendiente del fascista Benito Mussolini, quien sembró el terror y gobernó durante 22 años Italia, hasta que fue detenido por los partisanos y colgado en Milán. Creo que vale la pena reflexionar acerca de esto, y pensar el porqué de la pasividad del pueblo argentino ante tamaña manifestación de lo explícito. Por último, debe quedar en claro una cosa, la Guardia Pretoriana de Javier Milei, no es otra cosa que un grupo de lumpenes al servicio del liberticidio”.
¿Se está muy lejos de aquella París de los 80 donde los denominados “Red Warriors” salían a cazar fascistas? Todo indicaría que sí, pero no habría que subestimar la inercia de estos tiempos violentos. En la las lejanas calles francesas, los “Guerreros Rojos” atravesados por ideas libertarias y comunistas, pero por sobre todas las cosas antifascistas, comenzarían con su derrotero ante la amenaza manifiesta. “Las calles les pertenecían, ellos eran una amenaza para los adolescentes punks, inmigrantes y personas de color. Les Halles, Luxemburgo y el Mercado de pulgas Clignancourt, debían evitarse para no ser golpeados ferozmente”, supo contar Julien, integrante de los Red Warriors.
El brazo armado liberticida se presentó en sociedad, con estética fascista, pero con una rancia fachada de cine z. Jóvenes con muy poca calle, pero con una habilidad notable al momento de preparar ofensivas digitales lejos de propinar un cuerpo a cuerpo con sus blancos. Los “Red Warriors” fueron sin duda alguna los que impulsaron a muchos jóvenes a arrebatarle la calle a los fascistas en Francia ¿Quién se animará en Argentina a enfrentar a La Guardia Pretoriana de Javier Milei liderada por el Gordo Dan?
Fuente: Conclusión