La victoria electoral del frente neuquinizante en la provincia sigue empujando oleaje. Más allá… o más acá de la gestión de gobierno, la política se mueve lenta pero constante. Es que “hay enrolados y no enrolados en casi todos los partidos”. La singular estrategia que llevó a Rolando Figueroa a la gobernación cortó en sentido transversal el sistema de partidos y el viejo andamio construido por Jorge Sapag intenta aggiornarse al nuevo reparto de poder.
“Neuquén no elige solo gobernador, también una nueva forma de liderazgo”. La frase le pertenece a Rolando Figueroa. La pronunció en más de una oportunidad durante la última campaña y resume el quid puertas adentro de todas las discusiones partidarias. ¿Es Figueroa un nuevo líder que llegó para quedarse? ¿Se trata de una circunstancia aun no consolidada? ¿Qué tan cerca conviene estar del nuevo gobierno provincial? Peronistas, radicales, liberales-libertarios y sobre todo … emepenistas comienzan a internalizar el nuevo cuestionario que la coyuntura impone, sobre todo, de cara a las próximas legislativas nacionales. Aunque también aventurando la mirada hacia el horizonte 2027.
El MPN… ¿colectora o resurrección?
La semana que se fue marcó algunos puntos de referencia. Un sector de dirigentes del sector azul “del movimiento” preanunciaron la presentación de una nueva línea dentro del partido provincial. El evento se llevará adelante en la localidad norteña de Chos Malal el próximo 30 de mayo. Su principal vocero, el ex intendente Hugo Gutiérrez, resumió el espíritu de la convocatoria: “Nosotros trabajamos para Rolo”. La intención de los azules ahora neuquinizantes, es pedirle al gobernador de la provincia que “vuelva al MPN”. Una apuesta extraña. El mandatario provincial contiene en su caudal político a un electorado combinado que le pide casi lo contrario. Su imagen, a los ojos de la opinión pública, alcanza un 68 por ciento de imagen positiva según las mediciones que tiene en mano la mesa chica del propio oficialismo.
A trazo grueso se nutre de dos sectores. Por un lado, votantes tradicionales de la lista 151 que interpretaron los últimos años “del movimiento” como una desviación de la esencia fundacional del partido y atribuyen a “Rolo” la posibilidad de redimir aquellos años dorados. Algo irónico, incluso quienes no vivieron “la época de Don Felipe” lo extrañan, aunque encargaron la reivindicación histórica a un egresado del sobischismo que supo reescribir aquellos enfrentamientos en una suerte de revisionismo con sentido. Pero la dinámica política permite diluir esos detalles en la construcción de una nueva época.
El otro capital del que se nutren las filas neuquinizantes está integrado por la oposición histórica al Movimiento Popular Neuquino. Electores cansados de expresar el voto testimonial que una y otra vez afirmaba, muy a su pesar, al partido provincial en el poder. La incorporación de dirigentes peronistas, radicales y liberales-libertarios, sumó al retador el plus que le faltaba para alcanzar las mayorías ajustadas que lo llevaron a la gobernación.
¿Por qué querría Figueroa retornar al MPN?
Habitan dos lecturas posibles en la reflexión de los dirigentes neuquinizantes. “El MPN se atomiza, deja de ser un potencial adversario y la adhesión de sus dirigentes fluirá natural hacia el nevo líder”. En definitiva, se trata de un partido acostumbrado al poder cuyas filas entienden y ejercen el pragmatismo con destreza admirable. En esta línea se inscriben quienes consideran que no vale la pena sacrificar la coherencia discursiva artesanalmente elaborada. En suma, el poder es personal y cargarse al hombro un partido “abollado” no aporta nada que el gobierno necesite con urgencia.
En algunos pesan otras razones. Ponerse al frente del partido provincial podría neutralizar cualquier posibilidad de reconstrucción del gigante bajo la conducción de nuevos dirigentes, de mandatarios consolidados como el intendente de Neuquén Mariano Gaido o de los influyentes “petroleros”. Sería una provocación a los dirigentes no-emepenistas que integran el gobierno, pero la tensión no llegaría a trauma. “Lo van a aceptar como una necesidad política, además… que otra les queda” deslizó un reflexivo analista cotidiano de la política neuquina.
En este marco, a fin de mes, “el 85 por ciento de los intendentes” formalizará su respaldo al nuevo mandatario provincial, alentarán su reelección y lo invitarán a que conduzca el partido. Las fintas de Figueroa nunca fueron fáciles de anticipar. “Solo él conoce el fino de sus decisiones” y la interpretación que haga de este otoñal hecho político es un gran signo de preguntas. No lo apremia una necesidad política extrema, aunque para todo dirigente es siempre tentador vivir su propio 17 de octubre.
Los demás
No es el MPN la única estructura que busca amoldarse al nuevo liderazgo. Radicales, peronistas y liberales libertarios también atan su destino a la pregunta trending del momento. ¿Qué tan lejos o tan cerca hay que estar de Figueroa?
La controversia en el Justicialismo Neuquino es tal vez la más evidente. El ex secretario de energía de la nación y actual diputado provincial, Darío Martínez, es el único opositor declarado frente al proyecto neuquinizante. En la última elección, la sociedad Martínez – Parrilli apostó a los usos y costumbres de la política neuquina y adhirió a la candidatura del cutralquense Ramón Rioseco. Uno de los divisores habituales de la oposición, junto al quiroguismo, durante la hegemonía sapagista. Pero una camada de nuevos y nuevas dirigentes se zambulló en la estructura del nuevo gobierno y cuestiona sin reparos a la conducción del peronismo oficial. Por caso, la diputada nacional Tanya Bertoldi cruzó públicamente a la mesa chica de su partido. Lo propio hizo Ana Servidio, otra de las dirigentes kirchneristas que desnudó diferencias insalvables con el presidente del partido k. “Hay un proceso de cierre del partido justicialista” resumió. Se trata de un caso testigo de lo que en realidad ocurre en toda la política neuquina. En cada unidad básica, en todos los comités y en los meetings liberales, enrolados y no enrolados dan cuerpo a las confrontaciones internas.
El año próximo vendrá cargado de definiciones. A excepción de la Unión Cívica Radical que renovó autoridades “por consenso” a principios de 2024, el resto de los partidos deberá atravesar esa instancia durante 2025. Las internas partidarias cobran un especial significado. Ese mismo año, la provincia de Neuquén renueva tres bancas en el senado y otras tres en la cámara baja del congreso. De allí que las disputan comiencen a tomar temperatura. La suerte del gobierno nacional presta el marco de referencia y delimita en buena medida las posibilidades de unos y otros. Aunque la figura de Rolando Figueroa no solo despierta guerras de guerrillas al interior de otros partidos, también expresa pretensiones propias. “Comunidad no tiene legisladores propios en el congreso, el 2026 va a ser distinto” sentenció el mandatario provincial. Con ello dejó en claro que la casa matriz del paraguas provincial se llama “Comunidad” y que no lo conforma tercerizar franquicias de su poder en los partidos nacionales.
FUENTE: Minuto Neuquen