Dando una nueva muestra de su capacidad de conducción y liderazgo, siendo el cuadro político más importante de los últimos años, Cristina Fernández de Kirchner asumió como nueva presidenta de la principal fuerza opositora en el país, el Partido Justicialista (PJ).
Con un acto en la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), la ex presidenta toma la posta del peronismo, que empieza a dar señales de unidad y se posiciona como una alternativa al proyecto neoliberal de Javier Milei.
La también ex vicepresidenta reafirmó su compromiso de liderar al Justicialismo en esta batalla cultural, política y social contra el Gobierno, en épocas de profunda polarización y desintegración del entramado popular.
Frente a ello, urge necesario volver a poner en escena las consignas que el peronismo lleva como bandera, más allá de los tiempos. Es en este escenario que la principal jefa del movimiento asumirá la batuta de una fuerza que pide renovación y nuevas ideas, aunque sin dejar nunca de lado su esencia, su modelo de país.
Cristina fue crítica hacia la gestión económica de Milei. «Este Gobierno no tiene modelo productivo, tiene un modelo de valorización financiera», dijo y agregó: «Estamos en un ciclo de apropiación y depredación».
En su discurso, enmarcó su intervención en el aniversario del primer año de la asunción del libertario: «Hay una aceptación de la sociedad a un ejercicio de ajuste violento sobre sectores, en tanto y en cuanto no los toquen a ellos. Esto no se trata de una crítica social sino de una descripción».
«Lo que hoy está viviendo la Argentina es más viejo que el sol. Es la cuarta experiencia de valorización financiera», consideró.
En ese marco, se preguntó: «¿Quién va a invertir en una fábrica, en un comercio o en cualquiera cosa que dé trabajo si tengo un sistema que me permite ganar en dólares? Este es hoy el gobierno de Javier Milei; que la cuenten como quieran, pero es esto. Y extractivista, consagrado por el RIGI».
Al referirse a la aprobación del régimen en la ley Bases en el Senado, desarrolló el rol del legislador Edgardo Kueider e interrogó cómo fue obtenido ese voto: «Las leyes en contra del pueblo y de los intereses de la Nación se consiguen así».
«No hay antecedentes en nuestra historia de un legislador preso en Paraguay detenido en comisión infraganti de delito», opinó, antes de explicar que Kueider fue «doblemente clave» en la aprobación de la ley Bases: primero en la comisión y luego en el tratamiento en el recinto.
«Nunca van a encontrar un hecho de estos cuando se trata la ley de bienes culturales, cuando se trata la Asignación Universal por Hijo o cuando se tratan leyes y propuestas de gobiernos populares nacionales y democráticos», marcó y agregó: «Esto siempre sucede en gobiernos de corte neoliberal de despojo».
Posteriormente, reconoció el sostenimiento del supéravit comercial pero entendió que «no alcanza para cubrir el déficit de los servicios».
A su vez, planteó que «el blanqueo fue un éxito» pero indicó que «en este año, tenemos un endeudamiento de casi U$S100.000 millones más» y que no existe una «renegociación virtuosa, sino forzosa, porque no tienen los dólares ni acceso a los mercados internacionales».
Fuente: Conclusión