(Por: Lic Pablo Eugenio Mayor) – La Secretaría de Medios de Santa Cruz atraviesa una crisis profunda que afecta la comunicación pública de la región. Canal 9, LU14 y otras áreas del sistema de medios del gobierno provincial, que alguna vez fueron pilares de información y cultura, están hoy sumidos en un estado de abandono y precarización. Decisiones administrativas controvertidas, falta de equipamiento y desprofesionalización de los puestos de trabajo han desatado un éxodo masivo de profesionales y generado serios problemas en la gestión.
Decadencia y la desprofesionalización de los medios
Hasta hace pocos años, la Secretaría de Medios operaba con dos turnos de profesionales (24 horas) en áreas específicas de la comunicación. Sin embargo, la situación ha cambiado drásticamente y hoy se observa una estructura debilitada, sin liderazgo ni recursos adecuados. Profesionales con experiencia en fotografía, redacción, redes sociales y producción han sido desplazados y relegados a tareas menores, mientras empleados administrativos sin experiencia en comunicación han asumido roles estratégicos, desvirtuando el sentido de estas áreas. Y otros tantos están escapando en forma de traslados, afectaciones, licencias gremiales y otras.
Un claro ejemplo de esta desprofesionalización se puede ver en las redes sociales del gobierno. Un equipo que fue desarmado y actualmente, las redes sociales son gestionadas por cuatro ex administrativos que carecen de la formación necesaria para manejar de manera efectiva la comunicación digital del gobierno.
Sin jefes: una repartija de cargos por amiguismo
A esta situación se suma la falta de estructura en la Secretaría, que actualmente funciona sin jefaturas claras ni liderazgos firmes. Los cargos se han repartido bajo un sistema de amiguismos, donde no priman las capacidades profesionales ni la experiencia. Daniela Mansilla, empoderada por Carlos Marcel, ha tenido un rol determinante en esta repartija, generando un entorno en el que las competencias técnicas y profesionales se ven opacadas por conexiones personales y alianzas internas, que han impactado negativamente en la eficiencia de las áreas de comunicación.
Canal 9 y LU14 son ejemplos alarmantes de la falta de planificación y profesionalización que afecta a la Secretaría. Sin una programación estable y en medio de una retención de tareas que lleva semanas, Canal 9 transcurre “sin pena ni gloria,” sin programas que retengan la atención de la audiencia y con una marcada escasez de recursos técnicos. En ambas entidades, los trabajadores carecen de estabilidad laboral, de equipamiento adecuado y de una dirección que les permita cumplir con sus roles de manera efectiva.
La influencia de la familia Garzón y la politización de los cargos
Gran parte de las críticas a la gestión actual se dirigen hacia la influencia de la familia Garzón en la Secretaría. Alejandro Garzón dejó tras de sí una estructura de cargos directivos, algunos de ellos ocupados por trabajadores sin estabilidad, lo que ha contribuido a la inestabilidad actual. Sin embargo, figuras como Fernanda Melo y Karen Ramírez, identificadas como las “niñas pródigas” de Garzón, han asumido un rol de poder que controla tanto la pauta publicitaria como la operativa de la Secretaría.
Estas dos personas, sin experiencia previa en medios, han pasado a ser las “amas y señoras” de la Secretaría, tomando decisiones que afectan directamente a la gestión y al personal.
A nivel gerencial, figuras como Daniela Provoste, sucesora de la exgerenta Katy Franco (también bajo el ala de Garzón), también enfrentan cuestionamientos. Su papel ha sido señalado por la falta de experiencia para ejercer un liderazgo efectivo en momentos críticos, en los que la Secretaría necesita reestructurarse. La administración, en lugar de fortalecer el área comunicacional, ha seguido el camino de la burocracia, dejando en evidencia una evidente falta de planificación y compromiso con la profesionalización de los medios públicos.
Condiciones laborales y el impacto en la salud de los trabajadores
El impacto de esta crisis se ha sentido de manera contundente en las condiciones laborales de los trabajadores de la Secretaría. La falta de equipamiento y recursos ha transformado el entorno de trabajo en un lugar de desánimo y frustración. Los trabajadores, que antes se desempeñaban en roles específicos con herramientas adecuadas, se encuentran ahora sin equipos, sin planificación y sometidos a un liderazgo que poco entiende de la dinámica comunicacional.
Como resultado, se ha generado un aumento en las licencias psiquiátricas y afectaciones de salud mental, producto del estrés y la falta de estabilidad. La falta de respuesta de las autoridades ha provocado una ola de renuncias, dejando un vacío en las áreas técnicas y profesionales, que ven mermada su capacidad de producción.
La marcha hacia el Gobierno y el silencio mediático
Frente a esta situación insostenible, los trabajadores de la Secretaría de Medios han convocado a una marcha hacia la sede del gobierno provincial. Esta manifestación busca visibilizar las condiciones precarias que enfrentan y presionar para que las autoridades den una respuesta concreta. Sin embargo, los trabajadores enfrentan un gran desafío: el silencio mediático. La influencia que ejercen los administradores sobre los medios ha limitado la cobertura de esta problemática, dejando a los trabajadores sin el respaldo de la opinión pública. La pauta en los medios visibiliza esa complicidad. Los sitios digitales, los diarios y las radios, nada dicen del panorama de crisis, sólo se dedican a transcribir textos que envía el gobierno.
¿Quién será el superhéroe de esta historia?
En medio de esta crisis, surge la pregunta: ¿quién asumirá el rol de superhéroe y salvará la comunicación pública en Santa Cruz? ¿Será Carlos Garzón, que intervenga para proteger lo que queda de los derechos laborales? ¿O Bucci, el gerente que tiene en sus manos el timón, aunque muchos cuestionan si tomará el rumbo correcto? ¿Logrará Bucci desplazar a las funcionarias que no funcionan, o seguirá el mismo camino que Carlos Marcel, que, rodeado de los equivocados, se hundió en el fondo del mar neuquino? Tal vez, algún funcionario de la gestión de Grasso se decida finalmente a amparar a los trabajadores y restaurar el derecho a la comunicación de la ciudadanía. ¿Se transformará todo esto en una pelea política-partidaria, entre el que está y el que quiere llegar?.
Los profesionales, al igual que héroes olvidados, permanecen en una lucha silenciosa y sin capa, defendiendo un derecho que parece interesar poco. Y mientras los días avanzan, la comunicación pública continúa en declive, en una historia donde el verdadero héroe aún no aparece. ¿Será que finalmente alguien asuma la responsabilidad, o el derecho a la comunicación quedará sepultado entre la indiferencia y la desidia?. (Agencia OPI Santa Cruz)
FUENTE: Agencia OPI Santa Cruz