Una resolución del Tribunal de Impugnación dejó en las puertas del juicio al anestesista de Cipolletti acusado de mala praxis. El médico había ofrecido seis millones de pesos en tres cuotas para la víctima, pero las autoridades judiciales desestimaron la posibilidad de suspender el proceso. La única carta que le queda por jugar es incrementar el monto del dinero y auto inhabilitarse para ejercer.
Michel Rischmann, abogado representante de la familia de la víctima, argumentó que el incidente se debió a la falta de supervisión por parte del anestesista, lo que resultó en daños cerebrales irreversibles para la enfermera. En respuesta, los abogados del médico propusieron suspender el juicio a prueba, a cambio de compensar económicamente a la familia con seis millones de pesos, propuesta que fue considerada insuficiente.
La jueza de garantías Agustina Bagniole, inicialmente encargada del caso, consideró formulados los cargos contra el anestesista. La discusión legal incluyó la posibilidad de que Rocha Anzaldo se auto inhabilitara, una medida no exigida ni prohibida por el nuevo código.
Como Rocha Anzaldo no quiso auto inhabilitarse, la fiscalía y la querella se opusieron firmemente a la suspensión del juicio a prueba. La jueza de garantías, además, consideró la oferta de dinero como insuficiente.
En una revisión, la jueza de juicio Alejandra Berenguer coincidió con la decisión anterior, señalando que los seis millones ofrecidos solo cubrirían los gastos médicos de la paciente por un mes, lo que calificó como un monto irrazonable. Berenguer también apoyó la idea de la auto inhabilitación como una medida preventiva adecuada, citando el artículo 27 bis del Código Penal, que permite a los jueces imponer reglas de conducta para prevenir futuros delitos.
Con la decisión de Berenguer, la defensa llevó el caso al Tribunal de Impugnación.
La resolución del Tribunal de Impugnación
El 19 de abril de 2024, el Tribunal de Impugnación de Río Negro, en Viedma, conformado por los jueces Adrián Fernando Zimmermann, Miguel Ángel Cardella y la jueza María Rita Custet Llambí, resolvió declarar inadmisible la impugnación presentada por la defensa de Hernán Marcelo Rocha Anzaldo en el caso de «lesiones gravísimas culposas (mala praxis)».
El juez Zimmermann explicó que la jueza de Garantías había rechazado previamente, el 7 de noviembre de 2023, la solicitud de suspensión de juicio a prueba presentada por la defensa, decisión que luego fue confirmada por la jueza de juicio tras una revisión el 22 de noviembre de 2023, y cuya admisibilidad fue reconocida el 30 de noviembre del mismo año.
La defensa de Rocha Anzaldo argumentó que la jueza había actuado de manera arbitraria al evaluar el monto ofrecido para reparación, seis millones de pesos, y al considerar insuficiente la omisión de auto inhabilitación profesional como regla de conducta. Sin embargo, Zimmermann señaló que no se demostró que la resolución de la jueza fuera arbitraria ni que el monto reparatorio propuesto fuera irrazonable.
Los dos caminos del anestesista
Además, el Superior Tribunal, en un fallo previo había establecido que las decisiones tomadas por un juez en función de revisión no tienen impugnabilidad objetiva, salvo que se demuestre una afectación específica que habilite un recurso extraordinario federal, condición que, según Zimmermann, no se cumplió en este caso.
Finalmente, tanto el juez Cardella como la jueza Custet Llambí estuvieron de acuerdo con la opinión de Zimmermann, el primero adhiriendo directamente a su voto y la segunda absteniéndose de emitir opinión por la coincidencia ya manifestada. Así, el tribunal resolvió declarar la inadmisibilidad de la impugnación de la defensa.
Con este decisión, Rocha Anzaldo tiene dos caminos: enfrenta el juicio o se auto inhabilita y ofrece más dinero para compensar el daño.