Más allá de las ventajas de sustentabilidad y cuidado del medioambiente, la autonomía sigue siendo uno de los cuellos de botella para los vehículos eléctricos que aún no logran igualar la practicidad de los motores de combustión interna.
Mientras estos últimos pueden recorrer largas distancias con un solo tanque de combustible y repostar en minutos, los eléctricos tienen un rango promedio de entre 300 y 400 kilómetros. Esto obliga a los conductores a planificar detenidamente sus trayectos, considerando la disponibilidad de puntos de recarga, que, aunque en crecimiento, todavía no alcanzan la cobertura necesaria.
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En respuesta a esta limitación, la industria automotriz está desarrollando tecnologías que buscan reducir la dependencia de la infraestructura de carga. Una de las más prometedoras es la pintura fotovoltaica, una innovación de Mercedes Benz que podría revolucionar la autonomía de los vehículos eléctricos al permitirles generar electricidad directamente desde su carrocería.
Esta pintura utiliza células ultrafinas integradas en la superficie del vehículo. Estas, más delgadas que un cabello humano, convierten la luz solar en electricidad sin agregar peso significativo al automóvil. Además, están compuestas de materiales económicos, reciclables y no tóxicos, lo que las hace más sostenibles y accesibles que otras tecnologías similares basadas en silicio o tierras raras.
En condiciones ideales de luz solar podría generar suficiente energía para recorrer hasta 20.000 kilómetros, reduciendo significativamente la necesidad de conectarse a un punto de carga. Sin embargo, en climas nublados o durante los meses de invierno, la eficiencia de la pintura solar disminuye, lo que plantea desafíos para su implementación en zonas con baja radiación solar.
Además de su funcionalidad, esta tecnología refuerza el compromiso con la sostenibilidad, aprovechando una fuente de energía renovable y limpia como el sol, sin embargo, para que esta innovación sea viable en la producción masiva, será necesario resolver cuestiones relacionadas con la durabilidad de las células fotovoltaicas y los costos de adaptación industrial.
Un paso hacia el futuro de la movilidad sostenible
Aunque todavía en desarrollo, la pintura solar representa un avance crucial en la evolución de los vehículos eléctricos. Su capacidad para generar energía directamente desde el sol no solo mejora la autonomía, sino que también fomenta una movilidad más responsable y alineada con las necesidades medioambientales actuales.
La combinación de esta tecnología con mejoras en baterías y sistemas de recarga puede transformar la experiencia de los conductores, acercándonos a un modelo de transporte más limpio, eficiente y sostenible.
FUENTE: Minuto Neuquen
