Milei destroza el sistema de coparticipación: la reforma necesaria para salvar el país

En Expoagro 2025, el presidente Javier Milei dejó claro su postura ante uno de los temas más polémicos y discutidos en la política argentina: la coparticipación federal de impuestos.

En su discurso, afirmó que el modelo actual de distribución de recursos entre la Nación y las provincias está agotado, y que una reforma profunda es urgente si se busca garantizar el desarrollo de todas las regiones del país. Con el foco en la eficiencia fiscal, la competencia entre provincias y una mayor autonomía para la toma de decisiones económicas,

Milei no solo es coherente con su propuesta de una Argentina más desburocratizada y federal, sino que también se apoya en un sistema que se ha mostrado ineficaz e injusto para muchas jurisdicciones.

Javier Milei, presidente de Argentina. | La Derecha Diario

¿Por qué lo que dijo Milei es cierto?

Milei no hace más que poner sobre la mesa una realidad que muchos políticos han evadido durante décadas: el sistema de coparticipación federal actual fomenta la desigualdad entre provincias.

Mientras que algunas, como la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), Buenos Aires, y Córdoba, perciben mayores recursos debido a su mayor capacidad recaudatoria y población, otras provincias más pequeñas y con economías menos dinámicas quedan relegadas a una participación menor en los fondos nacionales.

Esto no es solo una percepción, sino que está fundamentado en el marco legal que rige la distribución de los recursos, y que no ha sido modificado sustancialmente desde la Ley 23.548 de 1988.

La Ley 23.548 y la inequidad histórica

La Ley de Coparticipación Federal de Impuestos (Ley 23.548), sancionada en 1988, estableció el reparto de los recursos de la recaudación impositiva entre la Nación y las provincias. Aunque ha sido modificada en algunas ocasiones, la base de su estructura no ha cambiado significativamente.

Esta ley establece que el 34% de los recursos generados por la recaudación nacional se destinan a la Nación, mientras que el 60% restante va a las provincias, y un porcentaje adicional es asignado a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Javier Milei, presidente de Argentina. | La Derecha Diario

A simple vista, este reparto puede parecer equitativo, pero la realidad es que no toma en cuenta las desigualdades estructurales entre las provincias. Buenos Aires, por ejemplo, recibe una porción mucho mayor debido a su capacidad productiva y poblacional, lo que deja a otras provincias más pequeñas con menos recursos.

Las provincias más favorecidas y las más afectadas

Es cierto que el sistema actual beneficia principalmente a las provincias con mayor poder económico, mientras que las más pequeñas y con economías más frágiles, como La Pampa, La Rioja o Formosa, ven reducida su participación en el total de la coparticipación.

De hecho, los recursos no siempre se distribuyen en función de las necesidades sociales y económicas de cada provincia, sino más bien en base a acuerdos políticos y negociaciones que a menudo no benefician a las zonas más desfavorecidas.

Este modelo fomenta una dependencia de la Nación que no favorece el desarrollo de una verdadera autonomía provincial ni el crecimiento equilibrado del país.

El modelo de competencia fiscal que propone Milei

La propuesta de Milei es clara: avanzar hacia un modelo de competencia fiscal entre las provincias. En lugar de depender de un sistema de reparto centralizado, las provincias deberían tener la capacidad de establecer sus propios impuestos y administrar sus recursos de manera más autónoma.

Este modelo no es nuevo. De hecho, países como Suiza o Estados Unidos han adoptado sistemas de federalismo fiscal que permiten a los estados o cantones competir entre sí para atraer inversiones y fomentar la eficiencia en la administración pública.

Javier Milei, presidente de Argentina. | La Derecha Diario

En este sentido, el presidente propone una transición hacia un sistema donde cada provincia, en función de sus capacidades y necesidades, pueda recaudar impuestos locales y recibir incentivos a través de reformas que premien la eficiencia en el gasto público y la reducción de la presión fiscal.

Esto implica que las provincias con una buena administración de recursos podrán retener mayores ingresos, mientras que aquellas que no logren generar desarrollo económico deberán buscar soluciones alternativas, como mejorar sus políticas fiscales y reducir el gasto público innecesario.

Más autonomía y menos dependencia del centralismo

El modelo de coparticipación actual ha reforzado una estructura de dependencia centralista, donde las provincias se ven obligadas a pedir constantemente ayuda a la Nación para financiar sus proyectos y necesidades.

Este centralismo fiscal no solo ha generado una sobrecarga en las finanzas nacionales, sino que también ha frenado la autonomía provincial y el desarrollo regional.

Si bien la solidaridad entre provincias es un principio válido en un sistema federal, no se puede seguir perpetuando un modelo que discrimina a provincias con menos recursos y genera un círculo vicioso de desigualdad.

Reformas para garantizar un federalismo real

El presidente Milei ha propuesto una serie de reformas clave para que el sistema de coparticipación no solo sea más justo, sino también más eficiente. Primero, se necesita una reforma legal que modifique la Ley 23.548, eliminando la discrecionalidad en la distribución de los recursos.

Segundo, se debe implementar un sistema de incentivos para las provincias que logren reducir sus déficits fiscales y promover un mayor desarrollo económico. Tercero, la reforma debe ser gradual para que las provincias tengan tiempo de adaptarse a este nuevo sistema de competencia fiscal.

Lo que Milei dijo en Expoagro 2025 no es solo una crítica al sistema de coparticipación, sino una llamada de atención para que Argentina se convierta en un país donde la competencia y la autonomía fiscal sean los pilares del desarrollo federal. Esta reforma no sólo es posible, sino esencial para garantizar un futuro próspero y verdaderamente federal para todos los argentinos.

Fuente: Derecha Diario