La reunión de renovación de autoridades de la Corporación Interestadual Pulmarí (CIP) no trajo ninguna sorpresa, tampoco nuevo presidente. Tal como se esperaba, el lonco Daniel Salazar, coordinador del Consejo Zonal Pewence, fue reelecto por voluntad unánime y estirará su mandato durante dos años más. La Reunión de Directorio N°304, conforme al reglamento del ente, formalmente “renovó” autoridades pero, por una vez, de un modo curioso. En teoría, esta vuelta la presidencia debería pasar a manos del Estado Nacional. Sin embargo, para beneplácito de todos y todas, por primera vez en la historia de la corporación, la Nación cedió su turno para a favor de Salazar y acá no ha pasado nada.
O sí, porque la reelección del actual presidente implica, indudablemente, la reafirmación de un rumbo y una impronta personal, la de Daniel Salazar quien empezará un nuevo mandato sumamente fortalecido “para fortalecer la gestión sostenible en el territorio Pulmarí”, según reza el parte de prensa oficial. Alberto Marasco, representante del Estado Nacional y vicepresidente de la CIP, fue también ratificado en su función para consolidar (según la gacetilla promocional) “un equipo de conducción enfocado en garantizar el funcionamiento institucional, el desarrollo sostenible y el ordenamiento territorial en la región”.
¿Qué es Pulmarí?
En 1988, casi sobre el final de la presidencia del Dr. Raúl Alfonsín, se creó la Corporación Interestadual Pulmarí con la participación del Estado Nacional y la Provincia del Neuquén a fin de administrar y desarrollar el área mediante la explotación de los recursos naturales bajo su jurisdicción, con actividades productivas agroforestales, ganaderas, industriales, mineras, comerciales y turísticas. La Ley Nacional Nº 23.612 y la Ley Provincial N° 1.758 le dieron sustento a una iniciativa única en el país cuyo declarado propósito es el desarrollo de los pueblos originarios, es decir, el Pueblo Nación Mapuche. Concretamente los lof Aigo, Catalán, Currumil y Puel.
Ubicada en el departamento de Aluminé, la CIP abarca una superficie de más de 113.000 hectáreas dentro del estratégico circuito Norte del corredor turístico de los lagos patagónicos. La tierra que ocupa la CIP pertenecía al Territorio Nacional del Neuquén. En 1905, la familia Miles estableció allí la Estancia Pulmarí. En la década de 1950, durante el gobierno del General Juan Domingo Perón (tehuelche por parte de madre), el Estado Nacional compró la estancia, cuyo territorio pasó a ser administrado por el Ejército Argentino.
A pesar de los propósitos explícitos, en sus inicios algunas de las políticas del organismo empeoraron las condiciones de vida de las familias mapuches, en parte por la falta de tierras, pero también por las restricciones de sus actividades productivas (no solamente de valor económico sino también cultural). A todo esto hubo que sumar que, en la práctica, el Pueblo Mapuche quedaba excluido de la toma de decisiones.
El malestar derivó finalmente en las intensas, por no decir furiosas, protestas de los años 1995 y 1996 las cuales dejaron profundas y transformadoras consecuencias. A diferencia de la dinámica que involucra a otras poblaciones, en la región de Pulmarí se han desarrollado procesos de territorialización de las indígenas con una notoria desaceleración de la histórica corriente migratoria de la ruralidad hacia la ciudad.
FUENTE: Minuto Neuquen