Luciana Ortiz Luna, secretaria de Gestión de Emergencias y Riesgos del Neuquén, informó que 30 brigadistas procedentes de toda la provincia se han sumado a la base operativa de Loncopué, donde se combate los incendios que comenzaron el pasado lunes. Según la funcionaria, “nunca se habían producido en la provincia 35 focos de incendios en simultáneo, como ocurrió ayer (lunes 16 de diciembre)”. Gracias al trabajo de los brigadistas, de ese total de focos de fuego, sólo quedaban dos activos. Las autoridades provinciales monitorean de cerca la situación, en particular en los bosques de araucarias de Villa Pehuenia y Aluminé.
El Gobierno provincial informó que uno de los focos se halla en la zona conocida como El Escorial, entre Loncopué y El Huecú por la ruta provincial 21, mientras que el otro incendio que se combate es el paraje de Huarenchenque, en las proximidades del Río Agrio. Las autoridades analizan una columna de humo en la zona, aunque, por el momento, no se ha confirmado la presencia de fuego.
En las próximas horas, se espera que el gobierno nacional envíe una aeronave hidrante, actualmente apostada en el aeropuerto Chapelco. Por su parte, el helicóptero de la gobernación sobrevolará las zonas afectadas a fin de evaluar daños y detectar columnas de humo, ya que, según informó Defensa Civil, por la zona «transitan crianceros con sus piños de animales y pueden verse afectados por el humo y la pérdida de pasturas”.
Fernando Frassetto, de la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas (AIC), explicó: “Estos incendios son el resultado de tormentas secas, esto es, actividad eléctrica con muy baja humedad y rayos. Esta es una de las principales causas de desarrollo de incendios no intencionales, sobre todo en el hemisferio Norte (Canadá y Estados Unidos), pero también en nuestra región donde la caída de rayos genera, una y otra vez, focos de fuego. A esto debemos sumarle que es una dinámica muy difícil de detectar. Cuando llega el aviso ya es tarde, Aparece como huella de calor en las imágenes satelitales”.
“En algunos países desarrollados se instalan sensores de rayos en bosques muy extensos porque no hay manera de tener vigilancia permanente para adelantarse a los incendios. Entonces, estos sensores de rayos permiten activar alertas tempranas o patrullajes que detecten, en lugares remotos, la presencia de fuego o no. Estudios realizados en Canadá y Estados Unidos indican que, una vez iniciado un incendio por tormenta eléctrica, el humo activa más rayos, lo cual, no solamente genera nuevos focos sino que pone en grave peligro a los bomberos y brigadistas que llegaron hasta allí”, mencionó Frassetto.
“En las últimas décadas estas dinámicas son cada vez más frecuentes y llegan cada vez más al Sur. Concretamente: antes no había tantas tormentas eléctricas sobre el Oeste de Chubut y Santa Cruz. Bueno, hace apenas unos años, estos fenómenos se dieron en Los Antiguos, Santa Cruz, que directamente no conocían las tormentas eléctricas. Cada vez que entra el aire subtropical, aire húmedo del Pacífico, bajo determinadas condiciones y se recuesta ese sobre cordillera, se generan este tipo de tormentas como las que hemos tenido durante 48 horas y que han provocado decenas de focos de incendio”, concluyó Fernando Frassetto.
Según advierte el Foro Intergubernamental sobre los Bosques de Naciones Unidas, el proceso de calentamiento global, irreversible en el corto plazo, exige de las autoridades el estudio y adopción urgente de estrategias para remediar y mitigar la crisis medioambiental, de la cual nuestra provincia no está, de ningún modo, al margen. En un proceso que se retroalimenta, los incendios forestales son efecto y causa del cambio climático, ya que son una fuente importante de emisión de carbono que contribuye al calentamiento global. En ese contexto, se explica que de los 35 focos de fuego detectados el pasado lunes, 34 fueron directo resultado de tormentas eléctricas y todo indica que la situación podría repetirse en el futuro.
FUENTE: Minuto Neuquen